Laurence es un joven de 15 años que vive con su medio hermano Jay, de seis, en un departamento muy deteriorado. Hace nueve meses huyeron de su lugar de residencia, pues los Servicios Sociales estaban a punto de recogerlos para instalarlos bajo la tutela del Estado. El nuevo hogar no ha mejorado las cosas: el departamento está infestado de cucarachas, la madre se alcoholiza casi a diario, el dinero no es suficiente. Un buen día, la madre simplemente no regresa, y ahí comienza la cruzada de Laurence por mantener a su hermano y dar la apariencia de que ella se encuentra siempre trabajando, para que los Servicios Sociales no los lleven a hogares adoptivos. Laurence necesita ser fuerte para que no lo separen de su hermano…
El elegido es lord Devon Heyworth, el hermano menor del novio, un joven muy apuesto con reputación de mujeriego que se apunta de buen grado al fin de semana de pasión «sin compromiso» que acuerda con Sarah. Sin embargo, lo que empieza como una aventura pasajera se convierte en algo más, y una serie de malentendidos amenaza con dejarlos a ambos con el corazón hecho añicos. ¿Conseguirán sus entrometidos amigos y familiares encarrilar la situación y permitir que el amor triunfe?
Alan Parker se ve obligado a hacer autoestop para llegar al hospital donde su madre convalece de un grave accidente. No imagina que durante el trayecto se enfrentará a la experiencia más aterradora de su vida. En efecto, los sucesivos conductores que lo recogen encarnan macabras fuerzas del más allá capaces de anticipar —e incluso modificar— su destino y el de su madre. La clave del pavoroso enigma radica en un parque de diversiones, concretamente en una atracción llamada «La Bala», similar a una montaña rusa que, para horror de los lectores y del protagonista, detenta un inexplicable poder sobre la vida y la muerte...
¿Quieren alguno? yo tan solo quiero TODOS, okno jajaja.
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